viernes, 10 de octubre de 2014

Sinaloa

La riqueza natural de Sinaloa sólo es equiparable con su legado histórico y cultural. Así como la explotación de sus minas hizo florecer dicha actividad durante la época colonial, actualmente el estado ha logrado desarrollar una sólida infraestructura industrial. Ciudades como Mazatlán, Culiacán, Guasave y Cosalá, son centros turísticos activos cuyos atractivos las han colocado dentro de las predilectas por turistas de todo el mundo que, además de descansar en sus playas, se deleitan con su historia, costumbres y tradiciones.

Sinaloa se ubica al noroeste del país y colinda Sonora, Chihuahua, Durango y Nayarit. Posee un gran litoral de riquezas invaluables en el océano Pacífico y el Mar de Cortés, que representan más de 5% del total del país. En la época prehispánica, su territorio estuvo habitado por una gran variedad de pueblos y, por ende, de amplia variedad étnica.
Tras la conquista española, dicha diversidad se mantuvo y dio origen a tres provincias: Chiametlán, Culiacán y Sinaloa.

Debido a su ubicación, la actividad económica se centró en la sierra, a las orillas de los ríos y el mar, donde se congregaron la mayoría de los asentamientos humanos, los cuales se vieron sometidos a los caprichos de sus ríos que continuamente se desbordaban arrastrándolo todo hacia el mar. Entre las tribus indígenas que habitaron el territorio sobresalen los Cahítas, Totorames, Pacaxees, Acaxees, Xiximes; de hecho, el nombre de Sinaloa proviene de la lengua Cahíta y significa “pitahaya redonda”.

Tras la conquista española, la vida de los antiguos sinaloenses se modificó; se estimuló la agricultura, la ganadería y se dio inicio a la explotación minera. Antes de que estallara la Guerra de Independencia, Sonora y Sinaloa formaban parte del Estado de Occidente, hasta que en 1823 ambas provincias fueron separadas, lo cual sentó las bases para la fundación del estado soberano de Sinaloa, que actualmente se compone de 18 municipios.

La fuerte influencia española se vio reflejada en el arte religioso de tipo barroco. Iglesias como las de Copala, Rosario y Concordia son fiel ejemplo de ello. El Fuerte, Pueblo Mágico de Sinaloa, es uno de los vestigios del pasado colonial sinaloense que aún se conservan vivos. Por sus calles pueden verse grupos indígenas celebrando rituales ceremoniales, mezcla del cristianismo con costumbres paganas.


 

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